“Antes de la terapia SAM era una persona muy insegura… tenía muchos miedos, especialmente a tomar decisiones importantes. Siempre sentía que algo me detenía, pero no sabía qué era. Cuando me recomendaron la terapia SAM pensé que no tenía nada que perder.
Desde el primer momento, sentí algo diferente. Durante la terapia, vi imágenes de mi niñez, momentos que creía olvidados. Me di cuenta de cuántas emociones reprimidas llevaba conmigo. Al finalizar fue como si me hubieran quitado una venda de los ojos.”