“Llevaba mucho tiempo buscando algo que me ayudara a entender por qué sentía tanta tristeza sin razón aparente. Mi vida era buena, pero siempre había como una sombra encima de mí. Una amiga me habló de la terapia SAM y aunque no soy muy espiritual, decidí intentarlo.
Fue una de las experiencias más profundas de mi vida. Sentí como si viajara a otro lugar, no solo físicamente, sino emocionalmente también. Fue como hacer un viaje a mi interior, y durante la terapia, sentí la presencia de seres que me guiaban.
Me siento más ligero estoy agradecido de haber encontrado este camino y ahora quiero aprender más y ayudar a otros.”